Bueno, son numerosas las quejas que nos llegan desde muchos sectores dentro del servicio de Tarot, tanto telefónico como presencial. Y es que la vida que llevamos, siempre con prisas, nos hace aplicar la misma costumbre incluso en este terreno, donde la paciencia es tan necesaria para obtener precisión que, sin ella, no se puede pretender tener un «alto nivel de aciertos».
Seamos sensatos: ¿a quién le gustaría en su trabajo tener constantemente alguien que le obligue a hacer una labor que ocupa 30 minutos, en tan sólo 10 minutos? Creemos que a nadie. Por eso, y menos en una labor como ésta que requiere tiempo de atención, preparación y paciencia, no entendemos la razón de pedir una respuesta a algo que no sabemos resolver por nuestros medios, y que nos ha llevado días de meditación, en cuestión de segundos.
Bien. Pensemos por un momento que la culpa la tienen las empresas de Tarot telefónico. ¿Por qué pensar eso? ¿Porque como aparece en las tarifas de varios asociados nuestros, hay tramos en los que se pueden pedir 15 minutos, e incluso menos tiempo? De nuevo hacemos un llamamiento a la sensatez. Si existen esos tramos de tiempo, es por dar la facilidad al cliente para aclarar, en futuras consultas, temas puntuales que ya han sido tratados con la profesional que le lleve su duda, y para los cuales no es necesario mucho tiempo. No pretendamos que por ello, los propietarios de dichos servicios se encuentran detrás del profesional con un látigo obligándole a responder algo que necesitaría mucho tiempo, en sólo 10 minutos, porque de eso ya se encargan algunos clientes.
No se está haciendo un buen uso de este servicio tan importante y que tantas soluciones puede aportar a quien tiene dudas sobre aspectos de su vida, que no es capaz de resolver por si mismo. Y el problema es que se está «viciando» dicho servicio, haciéndolo cada vez más difícil e impreciso, y luego «reclamamos como clientes que hemos pagado que no se ha hecho una buena labor», como si existiera un procedimiento exacto a disposición de todos los clientes, y se supiera a ciencia cierta, y por cuestión, cuánto tiempo se ha de tardar. Absurdo, ¿verdad?
Pues ese es el comportamiento al que, diariamente, se tienen que enfrentar personas cuya labor es ayudar, sólo ayudar. No descartamos que en este mundo hay «picaresca», pero seguro que usted, como cliente, sabe perfectamente detectarla. No cargue su frustración por el engaño sufrido en servicios no homologados contra los servicios que si lo están, bien sean consultas presenciales, o usando servicios de Tarot telefónico. Nosotros como Asociación estamos también para apoyar al cliente que usa estos servicios, y diariamente tratamos de hacer seguimientos para detectar posibles problemas, e indicar a quienes sean responsables las directrices o consejos para solucionarlos. Pero desde la razón y la cordura. El cliente, honestamente, no siempre tiene la razón.